jueves, 23 de diciembre de 2010

El futuro de la educación pública universitaria

''¡No nos quitarán el derecho a protestar!'', ''¡Viva la Universidad! ¡Fuera la bota militar!'". Este ha sido el grito de centenares de estudiantes en las calles de Caracas ante la inevitable aprobación de la nueva Ley que pretende regular a las Universidades Públicas en aquel país, y lo que es más lamentable, promover la ideología socialista en las mismas a través de las reformas legales correspondientes. Nos parece lamentable este tipo de actitudes autoritarias del régimen oficialista, con la aprobación de este tipo de leyes que van en contra de la libre discusión de ideas imponiendo una ideología a los centros universitarios. Recordando un poco la historia mexicana, este experimento fue realizado a mediados de los años treinta en México, durante el régimen político del General Lázaro Cárdenas, con las reformas que pretendían implantar la educación socialista en nuestro país. Dicho experimento duró pocos años y fue duramente reprimido en ese entonces por el gobierno mexicano.

El deterioro progresivo del apoyo a la educación superior universitaria ha sido una constante no solamente en nuestro país, sino incluso en los países desarrollados de la misma Europa. El día de ayer, estudiantes italianos han protestado en contra de la reforma Gelmini, que propone reducir el presupuesto a las Universidades Públicas en los recursos destinados a la investigación y a los centros públicos, incluso en la misma Inglaterra, hace unas cuantas semanas, el Gobierno de aquél país, que había prometido en campaña no aumentar el costo de la matrícula universitaria, aumentó tres veces más de su costo. En México, el presupuesto a las Universidades Públicas no ha sido suficiente para abastecer a los Centros Universitarios, se habla de una grave y aguda crisis, de déficits económico.

Creemos que es lamentable y paradójico que a pesar de que el discurso político de los Gobiernos siempre es a favor de los recursos públicos a la educación, esto no se demuestra en los hechos. Parece estar demostrado que la mejor medicina para combatir la marginación y la pobreza es la misma educación, estos argumentos son bastante sordos cuando se esta en crisis. Sin embargo, parece ser que la generación de los jóvenes que nacimos hace un poco más de dos décadas siempre hemos estado en crisis, y esta parece nunca acabar, por consiguiente, los recortes financieros son más inmensos y la brecha educativa es más inmensa que nunca, pareciera ser que la lógica del mercado se ha vuelto cada vez más irracional. Esperemos que la educación como un derecho social fundamental en nuestras sociedades contemporáneas, y más ahora en nuestro país, vuelva a ser revalorado ya no solo por nuestros políticos, sino en conjunto por nuestra sociedad, para volver a exigir nuestros derechos que por apatía, lndiferencia y el sordo egoísmo a "los otros", que venimos cargando por muchas décadas nos haga recordar que cada vez son más los olvidados y marginados en este país, que en ocasiones lo único que buscan son mejores oportunidades, y que en muchas ocasiones, la necesidad de supervivencia hace que sus vidas cambien drásticamente. Por el bien de todos, esperemos que así sea.