domingo, 7 de marzo de 2010

Día Internacional de la Mujer



¿Para qué fuimos creadas? Podrían contestarnos que para permanecer inocentes, pero quieren decir en un estado de infancia. También podríamos no haber nacido, a menos que fuera necesaria nuestra creación para que el hombre adquiriera el noble privilegio de la razón, el poder de discernir el bien del mal, mientras nosotras yacemos en el polvo de donde se nos sacó para no levantarnos más.

Mary Wollstonecraft, Vindicación de los Derechos de la Mujer (1792).

Este 8 de Marzo, saludamos y felicitamos a todas las Mujeres del mundo. El Aula ha decidido dedicar este mes a los derechos de la mujer. Sobra hacer mención de los antecedentes históricos que dieron origen al día internacional que hoy celebramos, tales como la muerte de 146 mujeres en la fábrica textil Cotton, en Nueva York, así como diversas manifestaciones a favor de los derechos de las obreras, ocurridas en aquélla misma ciudad, y el posterior incendio en la compañía Triangle Shirtwaist, al dar muerte a las obreras que en 1910 se habían manifestado en las distintas huelgas en demanda mejores condiciones laborales.


La historia de la humanidad ha sido caracterizada por la ausencia de la mujer en la misma, como consecuencia de una marcada cultura de estereotipos, negación de igualdad de oportunidades, exclusión de la vida pública, falta de oportunidades educativas, violencia social, y otros males endémicos que aún siguen apoderándose en muchas partes de este planeta. Incluso, dichas formas de discriminación han sido institucionalizadas y elevadas a rango de leyes, bajo la hipócrita máscara de costumbres sociales en las sociedades patriarcales.


La ilustración del siglo XVIII, enriquecida por el pensamiento de filósofos de aquella época como Rosseau, Montesquieu, Diderot, culminó en el área constitucional con un proyecto ambicioso denominado Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. A pesar de esto, el reconocimiento de la ciudadanía a la mujer, seguía siendo una aspiración en aquella época por lo que tuvimos que esperar siglos para que ésta fuera reconocida constitucionalmente. Incluso, autores ilustrados como el mismo Rosseau, sostenían la idea de la inferioridad de la mujer hacia asuntos de relevancia en la esfera pública dada su incapacidad para controlar sus propios deseos e impulsos ilimitados.


Ante este contexto de discriminación, existieron distintos movimientos de demanda y reconocimiento por la igualdad entre ambos sexos. Desde hace siglos, Mary Wollstonecraft, denunciaba en su famosa obra Vindicación de los derechos de la mujer, la distribución del papel de la mujer en la vida pública, en contrarréplica a un escrito del filósofo británico Edmund Burke, caracterizada por reservar al hombre el espacio público, dejando a la mujer el ámbito privado de las relaciones sociales. Fue entonces como la escritora londinense decidió romper con la tradición y la clásica posición de subordinación de las mujeres hacia los hombres, ya que la configuración real de un modelo de derechos humanos no estaría completa hasta erradicar por completo dicha subordinación. Por otra parte, en contrarréplica a la Declaración francesa de 1789, vendría la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana, por Olimpia de Gouges, en 1791, que por cierto, fue muerta años después en la guillotina por reaccionaria. Asimismo, destaca la Declaración de Séneca Falls en 1848.


Han pasado siglos desde aquéllas Declaraciones a favor de los derechos de la mujer. Cabe mencionar que la lucha por los mismos ha sido bastante lenta, por ejemplo, el derecho al sufragio femenino se dio apenas en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. Hoy en día, existen distintos documentos signados y ratificados por la comunidad internacional, para la protección y defensa de los derechos de la mujer, entre los que destacan:


Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer (1952)

Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (1967)

Declaración sobre la Protección de la Mujer y el Niño en Estados de Emergencia o de Conflicto Armado (1974)

Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1979) (conocida como CEDAW por sus siglas en inglés)

Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Relativo a la Revisión del Convenio sobre la protección de la Maternidad.

Convención Interamericana sobre Nacionalidad de la Mujer (Montevideo, 1933)

Convención Interamericana sobre la Concesión de los Derechos Civiles a la Mujer (Bogotá, 1948)

Convención Interamericana sobre Concesión de los Derechos Políticos a la Mujer (Bogotá, 1948)

Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (Convención de Belém Do Pará, 1994).

IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres, celebrada en Pekín en el año de 1995.


Como podemos observar, son bastantes los Convenios y Tratados Internacionales en materia de derechos de la mujer, que han sido incluso signados por nuestro país. Sin embargo, aún siguen dándose manifestaciones de una cultura institucionalizada de discriminación y violencia de género, ejemplo claro y manifiesto de ello, lo podemos ver en los feminicidios en ciudad Juárez, Chihuahua, una vergüenza internacional en contra de los derechos de las mujeres, en donde, a pesar de los esfuerzos institucionales, a través de la creación de Procuradurías especializadas, los resultados siguen siendo bastante pobres. El resultado ha sido incluso una sentencia condenatoria de la misma Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde se condenó al Estado Mexicano por haber incumplido con el deber de crear las condiciones adecuadas para garantizar los a la vida, integridad personal y libertad personal. Sin duda alguna, la protección y defensa de los derechos de la mujer son aún una cuestión bastante endeble en la sociedad mexicana contemporánea. A partir del día de hoy hasta finales de este mes de Marzo, estaremos debatiendo sobre la efectividad de los derechos de la mujer, contando con la participación de los lectores y amigos del Blog. Esperemos que sean de su agrado.


AVDF, 8 de Marzo de 2010.

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